poder salir hacia
los otros barrios, las largas horas de
tristeza y aburrimiento fueron
amenizadas por la actuación
de un personaje
popular
llamado el Tarlà,
que hacía cabriolas por los balcones y por toda la calle, como los acróbatas de circo.
Al acabar la
epidemia, los vecinos creyeron que se habían salvado gracias a San
Agustín, y en prueba de su agradecimiento instauraron esta celebración.
En la actualidad en la fachada de la casa número 21 hay una imagen de San
Agustín que lleva la fecha de 1882. Paralelamente el agradecimiento de los
vecinos se manifestó en unos versos:
De peste se vio herida
esta ciudad de
Gerona,
su Platería
pregona
hallarse
favorecida
de Agustín, y
redimida
de este mal que
causa horror.
Para recordar al
simpático personaje se construyó posteriormente un muñeco que colgado de
una barra giratoria imitaba las volteretas de su antecesor de carne y
hueso.
La figura del
Tarlà resultó muy querida por los gerundenses por su carácter alegre y
nada protocolario y ha sido siempre en Girona símbolo de alegría y
diversión.
Cabe destacar que
hoy en día todavía se suele oír de boca de la gente de cierta edad las
expresiones "es un Tarlà" o "no hagas el Tarlà" aplicado a los que hacen
tonterías.
El muñeco
original, para preservarlo del lógico desgaste de su uso se conserva en el
Museo de Historia de la Ciudad.
EL XUIXO
Cuentan también
que a este personaje se debe el origen del "Xuixo", la pasta típica de
Girona, pues resulta que se enamoró de la hija de un pastelero de la misma
calle. Durante una visita a su enamorada, cuando el padre de ella llegó,
el Tarlà se escondió en un saco lleno de harina hasta que estornudó
haciendo "xui-xui". Para no enfadar al pastelero le prometió casarse con
su hija y darle la receta de un dulce: el Xuixo, llamado así en recuerdo
del estornudo delator. |