|
Un día Aznar va al cura de la iglesia de su comunidad,
y le dice: - Padre, quiero confesarme. - Claro hijo, ¿Cuál es tu nombre?
-José María Aznar, padre. - ¡Ah! El presidente. Mira hijo, tu caso es
superior a mí, mejor vete al Obispado a confesar.
Se va Aznar al Obispado, y le dice al obispo que se quiere confesar.
-Claro hijo, ¿Cómo te llamas? - José María Aznar - ¿El presidente? No hijo,
yo no puedo confesarte porque tú estás muy grave. Mejor vete al Vaticano.
Llega Aznar al Vaticano, y le dice al Papa: - Su Santidad, quiero
confesarme. - Claro hijo mío. ¿Cómo te llamas? - José María Aznar. - ¿El
presidente? - Sí. - Uy uy uy hijito, tú si estás muy difícil hasta para mí.
Mira, aquí a un costado del Vaticano hay una capilla. Mejor ve ahí, y en
esa capilla está una cruz gigante. Solamente allí te vas a poder confesar.
Aznar llega a la capilla y enfrente de la cruz dice: - Señor, vengo a
confesarme. Y Jesús le contesta: - Claro hijo mío, ¿Cómo te llamas? - José
María Aznar. - ¿El presidente del gobierno español? - Así es Señor. - Hijo
mío... solamente da gracias - Aznar extrañado le pregunta: - ¿Gracias?
¿Pero gracias por qué? - Dale gracias a los romanos que me clavaron aquí,
porque sino bajaba y te sacaba a ostias de aquí.
* NOTA:** TODO AQUEL ESPAÑOL QUE RECIBA LA PRESENTE COMUNICACIÓN
TIENE LA OBLIGACIÓN CIUDADANA Y MORAL DE RETRANSMITIRLO A DIEZ AMIGOS, NO
VAYA A SER QUE ALGUIEN LE VUELVA A VOTAR*
|
|