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Cinco hombres alardean sobre la inteligencia de sus perros. El primero es ingeniero,
el segundo contable, el tercero químico, el cuarto informático y el quinto funcionario.
Para alardear, el ingeniero llamó a su perro:
"Escuadra. ¡Haz tu rutina!".
Escuadra trotó hasta un escritorio, cogió un poco de papel y un lapiz, y rápidamente
dibujó un círculo, un cuadrado y un triángulo.
Todos admitieron que esto era casi increíble.
Pero el contable dijo que su perro podía hacer algo mejor. Llamó a su perro y le ordenó:
"Balance, Haz tu rutina!". Balance fue hasta la cocina, volvió con una docena de galletas
y las dividió en 4 pilas iguales de 3 galletas cada una. Todos admitieron que eso era genial.
Pero el químico dijo que su perro podía hacer algo mejor:
"Probeta, ¡Haz tu rutina!". Probeta se levantó, se fué a la cocina, cogió un paquete de
leche y un vaso mediano y echó exactamente 1/4 de litro de leche del paquete en el vaso.
Todos aceptaron que esto era muy impresionante.
El experto en informática sabía que podía ganarles a todos.
"Teclado, ¡hazlo!". Teclado atravesó el cuarto, reseteó la computadora, le pasó el antivirus,
leyó el correo electrónico, optimizó el sistema operativo e instaló un juego excelente
y novedoso. Todos sabían que esto era muy difícil de superar.
Entonces, los cuatro hombres miraron al funcionario y le dijeron:
"¿Qué puede hacer tu perro?".
El funcionario llamó a su perro y dijo:
"Os vais a cagar". Bocadillo, ¡Haz tu rutina, chico!"
Bocadillo se levantó tranquilamente, olisqueó el dibujo y se cagó encima, se zampó las
galletas, se bebió la leche, jodió el ordenador, dio por culo a los otros cuatro perros,
alegó que al hacer esto se había hecho daño en la espalda, interpuso una denuncia por
malas condiciones del trabajo y se fue a su casa con 6 meses de baja por enfermedad.
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